jueves, agosto 31, 2006

Mirada rasgada

Latidos intercostales, intensos, de escapada, que se han convertido en un fluir de sonrisas, de risas hasta llegar a la carcajada. Sin más entendimiento que la mirada, que el gesto, que la distancia. Dispuestos a compartir una vida de forma irremediable, con ella. Silencio, gemido, observando lo que pasa a su alrededor con la atención de quien tiene que dar parte de ello, como si lo quisiera hacerlo de ella todo. Sin llanto, noches de sueño plácido ininterrumpido. Sólo encuentro paz remota tras esos ojos rasgados, blancos y negros, que venden caras sus lágrimas dolorosas, inmensas, cuando se azotan humedecen mi corazón de pena. Entre el verde de un verano soleado.

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