Tierra de hojas secas, heladas y viento
Inspiro tu olor hondo,
una y otra vez.
Siento el tiempo en mi piel, en mi espalda,
y en tu cara.
Cielo inmenso, mar de aguas.
Busco tu labio encarnecido
sobre el que se apoyan tus palabras,
tu ira, tu sonrisa, mi descanso, tus llantos.
Lo busco nada más que para encontrarlo
sin ningún sentido que no sea la sensación
de observarlo, de besarle, de morderlo.
Para después perderle, abandonarlo, olvidarle.
Agarro la tierra, mancho mis manos.
Busco tu compañía en otro lugar,
fuera de este tiempo cotidiano
De tu día, de mi día, de tus ayeres
Más aya de las causas, de esas ideas robadas
Te espero más aya de la razón
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