En un garaje crecieron, con una columna de piedra al fondo. Una acuarela, una puerta al verde y perros que ladran en la noche y en la mañana.
Ahí encontaron números y empezaron a encadenar letras y sonidos. Entre sentimientos de risa, amor y llanto. Bajo la música sobre un mundo conectado.
Cuando no hay que salir del garaje para buscar, cuando sólo hay que disponer de tiempo para explorar. Entonces cuando todo estaba a nuestro alcance, entonces desapareció el tiempo y aparecio la prisa hacia ningún destino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario