Me despiertas. Tu brazo sobre mi espalda, tu mano en mi cuello, tu pierna en mi cara. Y yo, inocente, sólo busco tu mejilla.
Sorpresa y el Tato. No acostumbro a despedirme.
Una carrera acelerada hasta el colo. Un te miro, un nos queremos, me deformas el rostro con tus manos diminutas. Tantas cosas que decir. Tanta prisa, tanta excitación.
Por la calle te sigo, tú allí abajo. Yo arriba orgulloso. Cuando todas las preocupaciones las vuelves olvido.
No les muestres tu magia, déjamela toda para mí.
Tus zapatos son la foto que me haría llorar. Tu almohada, tu lecho.
Es todo tan nuevo y lo siento tan desde siempre.
Ya duermes y buscas mi pulpejo bajo la uña, resorte, luchas como si no supieras que mañana me despiertas.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
sábado, febrero 09, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario