Tus calles paseadas me recuerdan a la Habana Vieja en el sur de Europa. Tus gentes cruzando, etnias, culturas, orígenes imposibles de descifrar. Y palacios y piedras rotas. Esa magia del caos y de la sombra. Un paisaje lleno de espacios que faltan, que se llevó la historia.
Encuentros repetidos, revividos, puntos en el tiempo conectados por una hilera infinita. Siempre enseñando caminos y tropiezos. Viene y va.
Guitarras, una música sobre el asfato. Bárbaro.
Entonces un recuerdo tímido, inapropiado, presente. Es la fuerza del viento en la noche. Escuchen. Visita la piedra rota, la silla vacía, el Olimpo tantas veces conquistado y pisado, y sufrido. Iglesias. Escalinatas. Una torre inmensa. No dejen de visitar.
martes, junio 05, 2018
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