lunes, junio 04, 2018

Despierto*

Empezar a leer en cualquier párrafo

Despierto en la mañana. Miro desde mi cama la realidad que me rodea. Una persiana medio baja, ropa trazando un rastro, armario abierto sin secretos. Al otro lado; una mesa recta, un ordenador apagado, tres libros, una libreta herida, pluma y lápices tras la batalla. Un vaso sin brillo, toqueteado, el sabor del licor viejo.

Noto olor cansado del día después, de la noche pasada. Me reconozco ahora, rodeado de tanta realidad… Giro en la cama, busco otro prisma, una perspectiva diferente, busco la puerta, algo desde dónde poder rebobinar, desde dónde volver a navegar. Cierro los ojos fuerte, lucho por saltar, por negar. …Pierdo.

Me miro en el espejo: pelo despeinado, barba sufrida, silencio - ya no escucho la música-, arrugas, cara demacrada. - no puedo ser el mismo que ayer, no debo de ser yo-. Agua caliente, boca abierta, cuerpo desnudo, ojos cerrados. Minutos paralizado como esperando que me vengan a rescatar, a llevar, ¿si pudiera volver a saltar atrás?.Me he quedado sólo, rodeado de tanta realidad…, tantas razones, tantas respuestas, de tanta electricidad.

Un teléfono me recuerda la hora y la temperatura, y dibuja el día de ahí afuera. Detrás, un calendario de tareas, una lista de aquello que todos esperan que hagas, de los que toman tu tiempo. Mil mensajes del mundo exterior, de mil almas y algún robot, almas que no ves, que no tocas, que no paran de mandar.

Una rutina me hace vestir, bajar. Vuelvo a trazar una misma ruta, mil rituales hasta un café, mil gestos repetidos. Salgo y me veo envuelto en más realidad por espacios conocidos, decorados por mil almas que pasan resistiendo. En ese semáforo reconozco anónimos, tropezados una y otra vez, siguen senderos invisibles. Paran, a veces cruzan miradas, para volver a caminar sin escapar.

Llego, y todo se empieza a acelerar, el tiempo corre, acciones y decisiones, trabajo, saludos de pasillo. Horas, hambre, comida y un abrazo.

Entonces, una sonrisa inesperada, una mirada fija que me descabalga. Ahora ??? - Rechazo-. Me vuelvo y sigo sin volver a mirar. Miedo a que me reconozcan … o a reconocer, a que se rompa el embrujo de la realidad. Miedo a parar. El reloj !!, tengo mil rutas que me esperan para negar.
Relámpagos que pasan, tormentas que ignoro, alientos que evito. - Cobarde - vuelves a escapar.

Sigues, rutina, deber. Salgo a correr entre aceras reales y cuestas, y sudor material. Taquicardia y jadeo. Y sufro…
Otra vez me reconozco en la ducha, bajo el agua, boca abierta, cuerpo desnudo, ojos cerrados que no ven. Intentando olvidar.

La noche acecha. Entonces es Ya.
Me siento en la mesa, medio lleno el vaso y dejo de ver: la mesa, la cama, la luz, el cuadro,… No soy capaz de decirte cuándo ni cómo, nunca recuerdo. Un remolino me debe de arrastrar hasta un universo irreal.

Escondites de imágenes visitadas, de almas poseídas o deseadas, de poesía vivida, de llantos rotos y olvidados. Ficciones de otra realidad.  Pinceladas que ahora decoran las paredes entre sombras.

El lápiz corre, dibuja palabras, yo sólo lo sigo. Me embriago, hasta allí donde otro estímulo no te hace sentir más.
Frases que van y vuelven, repetidas y nuevas, reincidentes. Melodías, tu sombra, tu perfil, tus ojos.

Búsquedas, golpes en ocasiones vacíos.
Encuentros por entregas en diferentes lugares, con diferentes formas y desencadenante.
Momentos de belleza que persigo y que cuando me encuentran siempre me adelantan… para luego dejarme sólo, abandonado.

Navego despierto por ese universo sin razón, de emociones desnudas, sin cáscara, ni destino, ni motivo.
Allí dónde tantas almas y tantos momentos se han vuelto mi tatuaje o mi herida.
Ya no encuentro el tiempo, ni las tareas, ni mi rostro, ni la electricidad.

Silencio y folio en blanco, pluma que deja de sangrar. Parada. Salto. Destello muerto. Sal y roce frío.
Aliento entrecortado, labio abierto, media sonrisa,..
…es entonces cuando me reconozco de vuelta;

inquieto, palpitando, rendido, … más Yo, …más el de siempre,..

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