domingo, julio 08, 2018

Le espera*

Tener que parar, una espera que se prolonga y permite descubrir.  Desde un mundo acelerado, generaciones mezcladas, conectadas, compartiendo el tiempo. Habitando espacios reales y virtuales en un equilibrio simultáneo, un espacio que antes ocupaba el mundo imaginario, los mitos y las leyendas.

¿Qué sentido tiene ahora la fuente, el buzón de correo amarillo y el escaparate de una tienda real?. ¿Qué sentido tienen ahora los recuerdos?. ¿Qué sentido tiene ahora que te busque, que espere, que no tenga forma de encontrarte?

Que lo vuelva a tener que confiar todo al destino.

Ahora que rechazas cualquier contacto , protegida por tus auriculares bien sellados. Con tu paso acelerado, siempre entretenida. Ahora que evitas cualquier mirada con tus ojos rehenes de una pantalla que te  refleja. Ahora que tu tiempo esta atrapado. Una llamada oportuna deja ir la última oportunidad, mi impulso de decirte. Mientras, sólo levantas la vista para evitar tropezarme, quizás, ni me has visto o es todo disimulo y disfraz dónde guarecerse. Cuello doblado hacia el suelo.

Ahora que perdimos la capacidad de estar, esperar, sin hacer más.

Por qué entonces siguen teniendo sentido las hojas de los libros , las pantallas con el cursor parpadeando, esperando una señal, un torrente de impulsos. Por qué además de escuchar todavía descubres que puedes cantar y dibujar con lápiz sin borrar, como real. Por qué sigue teniendo sentido decidir apagar, poner el modo vuelo sin volar. Buscar tu mirada, tu sonrisa y tu mejilla.

Por qué todavía es la belleza que me toca la única que me deja inquieto.

Ciudades de destino y despedida. De foto. ¿Dónde quedo el ermitaño?, lo casual, la mirada al cielo, a lo alto. La sorpresa. Si somos tantos ¿qué seguimos esperando?.

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