lunes, octubre 30, 2006

Bocados


Mar relegado, profundo y frío. Bajo un día de sol perdido. Con las heridas curadas.

Cadencia risueña. Me deslizo sobre ti en cada paso, comprimo mi cuerpo para hundir el tuyo y tu me recoges para impulsarme hacia el cielo. A tu ritmo. Vuelvo a apretar tus carnes en cada punto de encuentro. Lubrica el sudor y el deseo. Espuma. No podemos cerrar la boca. Un quiebro y un momento, mirada perdida sobre tu capricho. Para volver a buscarnos y encontrarnos desprevenidos. Sorpresa, risa hacia el infinito. Cabeza caída, manos llenas. Acelera. No va más.

Quedan nuestros cuerpos compuestos, sobre un manto verde, golpeados por el viento. Ansiosos de ducha fría.
Me queda el saber que tus momentos permanecerán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mar de esencia terrible y poderosa, como cuerpos clamando.. muy bello.
besos